jueves, 4 de julio de 2013

La cerveza, la bebida sanadora.



Es verano, hace calor y la gente quiere lucir carne. Por esto mismo, hay ciertas personas incultas en esta materia que son reticentes a tomarse un par de cervezas por la posible aparición de la mítica barriga cervecera... Y esto es completamente falso.

La cerveza contiene bajo grado de alcohol, por lo que esto no será la causa de tus kilos de más. A su vez, no contiene grasas ni azúcares, por lo que prácticamente no afecta a la obtusa fisionomía de tu cuerpo. La cerveza, está compuesta de hidratos de carbono (ideales para el ejercicio), vitaminas y proteínas (ideales para sacar musculito), lo que la hace una bebida óptima para la dieta de una persona sana y deportista. Todo esto y más, se consigue a partir de la variedad de sus ingredientes:

El lúpulo, funciona de sedante y estimula un buen sueño ayudando al insomnio.

La malta, aporta carbohidratos, vitaminas, ácidos orgánicos y vitaminas.

Su alta concentración de agua, ayuda a la regulación de temperatura del cuerpo mejorando tu metabolismo y haciéndola una de las bebidas más refrescantes.

Sus minerales, fósforo, magnesio y potasio, aportan alrededor del 30% de la cantidad óptima diaria de estos minerales. Su baja concentración de calcio ayuda al corazón y al sistema urinario.

Aporta el 35% de las vitaminas A, D y E que necesitamos a diario, aparte de contener vitamina B6 y B2.

El gas carbónico, favorece la circulación, la salivación y aporta la correcta acidez al estómago. Todo esto facilita nuestra digestión, previniendo el estreñimiento inoportuno.

Los polifenoles, tipo de carbohidrato de origen vegetal, ayudan a la circulación y previenen el cáncer.

La molécula flavonoide proveniente de la fermentación de la malta, aumenta la calcitocina de nuestro cuerpo, fortaleciendo nuestros huesos. Por lo tanto, es ideal su aporte durante la menopausia, donde la masa ósea de la mujer se debilita.

Todos estos ingredientes, hacen de la cerveza una de las bebidas más completas de nuestra dieta, aportando nutrientes de vital importancia y ayudando al sistema circulatorio al igual que como antioxidante (retrasando el envejecimiento físico).

Por lo tanto, que no te engañen, la cerveza no es dañina, no engorda y no te hace parecer un borracho alemán, sino todo lo contrario: es ideal para la dieta de un deportista, previene enfermedades y actúa contra nuestro envejecimiento.

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